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HASTA ALLÍ HEMOS LLEGADO
- La idea, no la palanca,
movió la Tierra
eppur...
"Simple, pero no más simple".
Albert Einstein
El
Consejo de Simplicios
reunido el viernes
decide que No hay que multiplicar los entes.
La navaja de Occam
afeitó las barbas a Platón.
Los recortes presupuestarios
en investigación y ciencia,
le hubieran cercenado la cabeza.
Por eso Galileo, Leibniz, Kant
e incluso Einstein,
desaprobaron el uso indiscriminado de navajas.
En el Jardín del Cenador
del Palacio de la Moncloa,
una manzana desciende perpendicularmente
hasta el suelo...
y se hunde en la tierra.
Uno que sesteaba bajo el árbol
soñando recortar las barbas ajenas
pero no las propias, grita ¡eureka!
¡Acabo de sentar las bases
de la física peripatética!
Ajeno, el ciclo de la vida sigue curso.
Puede que, alguna primavera,
un manzano florezca.
Chusa Lamarca
Físicas irreconciliables: cuántico y cuantico.
Convergencia: efecto túnel.
Las fauces del poeta
trágico,
Nemo roso en el salón:
CAVE CANEM, SuperRGB.
(Estrofa patrocinada).
TROPOSHOP
Herramienta: clonar.
Aplicando figuras del lenguaje:
oxímoron, hipérbaton, prosopopeya,
hipérbole, sinestesia, metonimia...
El dulce calcular de dos banqueros,
Madoff y juntamente Standard
& Poor's,
he de contar, su estrépito imitando,
Dolly y Polly al Down Jones sabroso,
estaban muy atentas, los mercados
de pacer olvidadas, valorando.
Chusa
Lamarca
De la alternancia de Sagasta y Cánovas
al ¡Que se jodan! de nuestro
exclusivo, representativo y privativo
gotha democrático;
los mismos perros sin bozal.
(Comparsa de bombachos
y cuernos frioleros.
De fondo: Libertad sin ira, libertad;
rumor de sables y sintonía del NODO).
¡No ardieran,
peropalos del gotha financiero!
Chusa Lamarca
Conjugando el verbo ser
en tiempos confusos
YO SOY
TÚ ERE
ÉL/ELLA ERA
NOSOTROS ÉRAMOS
VOSOTROS ERAIS
ELLOS SON UNOS H. DE LA GRAN P.
NEC PLUS ULTRA
Rueda,
la licenciado Vidriera
sin licencia, rueda.
ESFERIFICACIÓN
DE TUÉTANOS
(Cocina tecnoemocional)
Rodajas de catón
y humo prêt-à-porter
Armstrong, Louis
espuma GOOOOOOOOL.
Chusa Lamarca
PLANTANDO PENSAMIENTOS ENTRE LAS
CENIZAS
Hoy, cuando los ingenieros del consenso
parecen haber logrado su objetivo.
Cuando los artífices del pensamiento único se han apoderado de nuestras mentes y de nuestras vidas.
Cuando los constructores de ruinas campan a sus anchas en nuestras salitas por el único ojo que mira por nosotros.
Ahora que los telediarios
nos sirven como cena
caliente y recién hecha
lo que se cuece cada día
en los insondables
fogones
de la cocina internacional.
Ahora que todavía el salpicón de vísceras,
despojos y otros productos de casquería racional no alcanza a ensuciar
nuestras blancas camisas.
Ahora que la canalla
impunemente nos manda sus mensajes
de muertes en directo, violaciones de niñas
e indios -que no montan a caballo- masacrados.
Ahora que el guinnes del horror
se consigue cada cinco minutos,
y que las sonrisas valen tres mil pesetas
según dice, sin rubor, el anuncio de una ONG.
Ahora que la mayor y más tremenda plaga de este siglo,
el integrismo neoliberal,
parece haber extendido su guerra santa
a todos los confines del planeta.
Ahora que una espantada de caballos hambrientos
devasta las praderas del mundo,
cocea los países, pace pueblos enteros,
irrumpe en nuestras casas
y olvida una herradura
forjada con el fuego del nuevo orden mundial.
Ahora que los mercaderes de esclavos
eligen a sus presas mirándolas
fijamente a los dientes
en las colas de miseria del INEM.
Ahora que los cartones
alfombran las grandes avenidas
de nuestra vieja Europa,
mientras los arquitectos
se adentran en la selva
abriéndose camino a golpes de autopista.
Ahora que la razón de Estado
se alza secreta e impunemente
para seguir matando y torturando
incluso en los países
democráticamente democráticos.
Ahora que las tribus vuelven
a marcar sus territorios con sangre,
y que las esvásticas brillan en el cielo
amenazando otra vez nuestros destinos.
Ahora que muchos dicen
que todos los falsificadores de la Historia
han desaparecido tras un muro,
ahora que es cuando la Historia ha dejado de existir.
Ahora que los libros
no se queman por decir herejías,
(aunque siguen produciéndose casos
en los que se intenta quemar a sus autores)
ahora que arden bibliotecas enteras.
Ahora que el apartheid es la otra orilla,
la otra orilla siniestra del barquero,
el lugar a donde nadie quiere ir
y el lugar de donde nadie vuelve.
Ahora que los que van a nacer no saben
si los dados caerán del lado del hambre
o del de la anorexia.
Ahora que en el gran circo
exhiben una criatura de Chernobil
y que en Mururoa celebran una fiesta
adornando las calles con guirnaldas radiactivas.
Ahora que de todos los calendarios
cuelga la foto de un paisaje
con un bosque petrificado
y un lago seco.
Hoy que están de moda los finis terrae,
las sectas, los cometas,
los genocidios y los milenios,
hoy que todos los caminos
son caminos calcinados,
tal vez alguien pregunte.
Tal vez alguien pregunte
por qué razón los versos
ya no despiden olor a primavera.
No se pueden hacer ofrendas
con rosas mutiladas
y la tormenta acalla los violines.
Las margaritas ya no dicen si o no,
sus hojas nacen muertas.
Y entre tanta agonía
es hora de sembrar
una nueva cosecha.
Plantemos pensamientos
entre las cenizas.
Chusa Lamarca
El PIB es el narrador más fantástico
¡cuenta cuentos tan imaginativos!
El IPC, por el contrario,
es un narrador mucha más realista.
Como es un cuentacuentos a sueldo,
a fin de mes nunca olvida cobrar su nómina al completo.
Utilitarismo
La pregunta no es quién hizo la
luz si Dios o Edison,
sino ¿por qué seguimos a oscuras
con un sol inacabable?
Salen de su escondrijo los chacales sin pelo
y rastreando matices husmean la maleza.
Los perros le ladran a los perros
y a plena luz del día resucitan el miedo.
De nuevo sopla el huracán Historia
en un anciano continente amnésico.
¿Cómo ignorar
aquella delirante lección de tenebrismo
el imposible sueño, la pesadilla cierta,
del infierno a los cielos en humareda negra
y la resaca ebria
de un sonoro y unánime taconazo homicida?
Sobre la faz de Europa
un cielo amenazante con estrellas gamadas
y el abrazo de fango
de un águila asesina con las alas de espanto.
Chusa Lamarca
Una lepiota gris ensombrece la Tierra,
los magnolios exudan bilis de savia negra
cuando el cuchillo sordo destripa la madeja
y sus torvas raíces arraigan en las cercas.
Los clarines del miedo desbrozan la maleza
y las infames hachas adelgazan las selvas,
se yerguen catedrales arcadas en violencia
y el tamiz de la sangre amonesta la mezcla.
Alguaciles sin urna, galoneados de mierda,
que alambican poder y acrisolan violencia
no cesan de alambrar soliviantando guerras,
sicarios del terror que imponen las banderas.
Úteros de metal, semen de espuma seca,
en realidad virtual sacuden las caderas
y engendran lo impoluto sobre un mantel de seda,
mientras los esqueletos espigan la miseria.
Argamasa de piel, sabrosa diferencia,
una chispa de luz y… Babel se cadencia.
Coordenadas y abcisas ardan sobre la arena
y en un mapa infinito se extingan las fronteras.
Chusa Lamarca
Apuntes de una Biblia no
apócrifa
Eva era negra, nació en el Este de África,
en ese paraíso hablaba,
reía, follaba y amaba con Adán.
Fueron felices y comieron manzanas.
La ley del mercado dice
Ora et labora (si puedes)
que yo oro y atesoro (siempre puedo)
Compañeros,
dejemos hoy los temas sin sustancia,
las leyes, los deberes, el contrato,
los euros, los recursos, el Estado.
Tratemos, sin pudor de lo importante.
Es otoño y las setas
de pálida luz blanca
alumbran en la noche
el lecho húmedo y fértil
donde se acuesta el agua.
Respiremos la sierra
y la nieve que empapa
las raíces ocultas de la tierra dormida.
Oigamos su estampida
de verdades amargas.
Madrid se despereza.
Por la ventana asciende
el cielo de Velázquez
aquejado de asma
y en los tejados fuman
sus pipas de carbón, pararrayos espías.
El mediodía reza
un ángelus de aromas sobre el mantel a cuadros.
La morcilla risueña se arruga de cosquillas
y en vitola de tripa el chorizo florece.
Con orgullo inflamado el vino se envanece
y el queso parlotea su osadía.
El rito del domingo está servido.
Quizás hoy toque siesta
y cuando anochezca nos haremos un cine.
Lo de ayer, lo de hoy, lo cotidiano,
lo vulgar se articula en la memoria
compendiado en el Código Supremo
de nuestra propia Historia.
Las dos, no añado nada,
VISTO PARA SENTENCIA.
Chusa Lamarca
A Ramón Fernández Durán,
hacedor incansable de plurales
Lo terrible no es que no entiendan al poeta,
maléfica sombra obstinada en quemar inciensos.
Lo terrible es que no se dan cuenta
de que ha comenzado la feroz carnicería de pronombres sin amo,
de que han comprado el plural por un módico precio,
de que en la fosa común del hambre o las trincheras
yacen cada vez más nombres propios,
de que los sustantivos fornican cada noche a pesar de su género,
y de que un adjetivo se columpia sobre el crepúsculo en llamas.
Se extiende enfebrecida la voz del desconcierto
y sin embargo, el verbo se ha extinguido.
Chusa Lamarca.
Mi ganancia
es tu derecho a un techo
¡Viva la fórmula
del interés compuesto!
La Tierra posa
y hasta el arrebatado pincel de Cézanne
sólo refleja,
naturaleza muerta
Premeditadamente,
la garra del concepto acecha y cerca,
mata la realidad y despedaza
y alevosa se encierra en la definición.
La razón nos pinta los contornos
de carnes geométricas y frías,
garabatos de limo
visten de solipsismos.
Bosque petrificado y aterido
que en tu sesudo atajo
vigilantes certeros
embozados en ciencia,
secuestran la ternura
y embalsaman la brisa.
Fortaleza vacía
que en tus fecundos muros
carceleros ilustres
armados de cordura,
vigilan las metáforas
y torturan la risa.
¡Cada cosa en su sitio!
Que nadie empañe o tiña
el agua insulsa y ruda de la objetividad.
Síntesis o moraleja:
Cuando nace la luz crecen las sombras
y el tenue gris aviva
el líquido amniótico de la fantasía.
Chusa Lamarca
Me llamo
Prometea y soy tu nombre,
furia, lamia barbuda, basilisco, górgona,
esfinge nacida de mujer con tus tres patas.
Vientre de cuco,
espinazo de sierpe,
pezuña de felino,
ojo de urraca.
Meretriz
insistente despedazas,
águila de enorme boca ausente,
el quicio de los días.
Cuajo de amor, esquina, malababa.
Aún sigo olvidándote.
Chusa Lamarca
Sale la noche,
cae el sol,
anochece un viejo día.
¿Qué diccionario asalto, qué
tesauro descubro,
en qué oscuro y recóndito lexicón me aposto,
a qué voz embozada preparo una emboscada,
qué vocablo volátil volavérunt voceo?
¿Por qué esta muda ley me obliga
a la mudez?
¿Qué sino taciturno me conduce al mutismo?
¿Qué lacónica lamia me devora la labia?
¿Qué dios silente hermético me dispone al silencio?
¿Qué Górgona espantosa me hace pétrea la glosa?
Una lombriz inmensa mi lengua
lujuriosa,
mariposas afónicas pululan en mi boca
y un vocablo suicida me cuelga de la úvula.
(Mientras, las fértiles gargantas
no cesan de parir abortos mudos)
Chusa Lamarca
Imponente,
soberbio, suficiente
amo y señor, y dueño y admirado,
poderosa presencia, testuz libre,
la plaza entera te aclama como héroe
con sólo entrar al trapo.
Madre que miras en tu hijo al fruto
egregio, altivo, digno, señalado,
raíz desarraigada de la tierra,
sin ataduras libre, liberado.
¿Quién admira a la vaca
que observa con ojo escrutador, necesitado,
buscando a gritos amo
a quien saciar de leche
y dar aliento?
Chusa Lamarca
¿Será posible, pues,
que en medio del desorden,
se despejen las nubes?
En la senda del dinero
recorren el mundo
dos tipos de viajeros:
los que portan una navaja suiza
y los que eligen su propia
antinavaja de Occam.
¿Quién dijo que la filosofía
o la economía no servían
para hacer un poema?
NATIVIDAD DE LA PALABRA
En el principio fue el sustantivo.
Estático y cambiante en la eterna
armonía de las cosas,
el mundo inamovible perseveraba ajeno a nuestros pasos
sólo apenas rozado
por el filo de un labio fascinado y audaz.
La lengua decisiva separaba los
pájaros
o señalaba el íntimo y supremo anhelo de los astros.
Imagina que arrancas los velos de
silencio impenetrable
hasta que la materia exhibe su desnudez más íntima.
Imagina que despiertas una a una, con tu índice, las sílabas dormidas
hasta depositar sus ecos en el hueco vacío de las sombras.
Sueña que has inventado ayer
la luz,
el ocaso,
la clepsidra,
el astrolabio.
Antes de que la navaja de Occam
cercenara su filo
aquella rosa roja sintió angustia
en el preciso instante de su mutilación.
Chusa Lamarca
De pequeñas soñamos
el padre de algodones,
fuerte y tierno,
que contaban los cuentos.
A los quince buscamos
el abrazo dorado
de aquel príncipe azul
de las novelas rosas.
A los treinta engendramos
de nuevo otra quimera.
Dejamos de vivir para dar vida
como rezaba el libro de la naturaleza.
Y cuando despertamos
a golpes de realidad e ilusiones tullidas,
escribimos la Historia
que nunca antes fue escrita.
Maduramos temprano y en silencio,
doctoradas cum laude
en las crueles e infames
universidades de la vida.
Chusa Lamarca
Araña, Elefante, Indio, Ojo, Uvas.
Mi mamá me
ama, mi mamá me mima;
no hubo mejor niñera
que el tío Popoff volando
ebrio de primavera.
Los días
eran grises y las noches muy frías.
Con guantes y verdugo, calcetines de lana
y zapatos Gorila,
al calor de la lumbre
con Guillermo el proscrito
o el capitán Ahab
buscando a Moby Dick en la cocina
mientras yo me soñaba la Jo de Mujercitas.