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El hipertexto permite presentar la información y acceder a ella desde una
multitud de planos de información diferentes y también permite jerarquizar estos planos
gradualmente. La estructura de un hipertexto
compuesta de 3 elementos fundamentales: nodos,
enlaces y anclajes posee
una modularidad diferente dependiendo de la forma en que se estructuran los
nodos en distintos niveles dentro de la
red hipertextual. A menudo se representa la
estructura
de un hipertexto en forma de árbol invertido con el fin de representar los diferentes
niveles para que se muestren horizontalmente. Del nodo raíz parten las distintas
ramas o niveles y de cada rama parten las distintas hojas o nodos, según vamos
descendiendo verticalmente por el hipertexto.
Podemos distinguir
entre profundidad y extensibilidad. La profundidad (en inglés suelen denominarla
granularity) estaría constituida por el número de niveles o número de
ramas que cuelgan del
nodo
raíz; mientras que la extensión o amplitud, esto es, la
extensibilidad (extensibility) estaría
conformada por el número de hojas o
nodos
en un determinado nivel.
Profundidad
Amplitud
En el ejemplo de la izquierda, el hipertexto tendría una
profundidad
de 3 niveles o igual a 3, mientras que la amplitud del nodo mostrado en el
ejemplo de la derecha (con 5 elementos) tendría una extensión igual a 5.
Un hipertexto puede tener un gran número de
niveles y ramas
con infinidad de subniveles, según la profundización realizada en los diferentes
aspectos de información y el grado de detalles con que se trata cada tema. El
crecimiento de estos
racimos muestra los diferentes niveles de desarrollo conceptual o temático.
Si bien la
lectura o navegación por
un
hipertexto puede estar regida por el
principio de indeterminación, incertidumbre, imprevisibilidad, improbabilidad,
azar, caos, etc. o seguir una estructura lineal con diferentes
alternativas, la estructura de un hipertexto
bien construido debe ser una estructura sistémica
que obedezca a un modelo conceptual determinado por
el que se establecen distintos niveles de jerarquización de los contenidos. La
lectura o navegación de un hipertexto
se ve afectada por fluctuaciones internas y externas que pueden originar puntos
de bifurcación, pero el diseño jerarquizado del hipertexto tiene que
obedecer a
una base conceptual prefijada que
establezca unos límites de profundización y amplitud concretas en los temas a
desarrollar para que el lector pueda elegir el grado
de detalle y desarrollo de cada tema. El tamaño del
hipertexto influye en la complejidad y determina el grado de
complejidad del hipertexto, por lo que diseñar una buena
interfaz de navegación que responda a una
estructura conceptual coherente previamente
prefijada y bien jerarquizada, ayuda al lector
a comprender mejor la información y a ahondar en la que más le interesa.
La incorporación al hipertexto de herramientas de
navegación y el ofrecimiento de un mapa de
navegación ayudarán al usuario no sólo a comprender
mejor los contenidos, sino a saber dónde encontrarlos. Por su parte, el
autor del hipertexto puede representar la estructura
temática de la información por medio de un mapa
conceptual, que puede o no poner a disposición del
usuario cuando dicho mapa no coincida exactamente con el
mapa de navegación, ya que en el primero, pueden
englobarse los distintos niveles de profundización y establecer otro tipo de
relaciones diferentes de las propiamente jerárquicas para presentación de la
información.
Interfaz visual poco clara
Interfaz visual clara y ordenada
Como
afirma Antonio Rodríguez de las Heras, el hipertexto supone
añadir una tercera dimensión al texto clásico, plano, de dos dimensiones. El
texto clásico se sale de esta forma de su ubicación espacial proyectando al
lector a una mayor profundización o
extensión de contenidos de interés.
Así, al navegar por la red hipertextual, el lector
puede decidir lo lejos o atrás que quiere llegar en
una información y el grado de profundidad y amplitud, aunque también pueden
existir herramientas que nos permitan acceder a la información de forma directa,
bien buscando una información bien definida o totalmente abierta. Un hipertexto
bien construido debe estar organizado jerárquicamente, además de semánticamente
y permitir acceder a la
información de distintas formas dependiendo de las necesidades de cada
usuario.
Bibliografía:
CANALS CABIRÓ, Isidre.
"Introducción al hipertexto como herramienta general de información. Concepto,
sistemas y problemática". Revista Española de Información y Documentación
Científica. 1990, vol. 13, nº 2.
CARIDAD, M.; MOSCOSO, P. Los
sistemas de hipertextos e hipermedios: una nueva aplicación en informática
documental. Salamanca, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1991.
CODINA, Lluis. El libro digital y la WWW. Madrid, Tauro Ediciones,
2000. [Volver]
RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, A. Navegar por la información. Madrid:
Fundesco,1991.
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