María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. |
Una de las características que más se han destacado del hipertexto es la posibilidad de establecer una estructura que se aleje de la secuencialidad y del hilo discursivo lineal que imponían los medios analógicos y soportes como el papel, el libro, etc. La tecnología hipertextual posibilita enlazar nodos de información de cualquier tipo en forma de red. Una red se caracteriza porque no tiene un centro determinado, sino múltiples centros enlazados los unos con los otros. Los elementos que conforman la estructura hipertextual: nodos, enlaces y anclajes son la clave de esta estructura reticular. Sin embargo, esta estructura en red se suele identificar con un determinado tipo de relaciones eminentemente asociativas y semánticas, como si la única estructura reticular posible fuera una red sin jerarquías y sin líneas o secuencias temporales, graduales, causales, argumentales, estructurales, etc.
lineal red asociativa red jerárquica red lineal con jerarquía Como hemos afirmado al referirnos a otra cualidad del hipertexto, la multisecuencialidad, esta creencia se debe al impacto que, sobre el estudio del hipertexto, han tenido las reflexiones y trabajos de los teóricos de la narrativa hipertextual, con George Landown como cabeza visible de esta corriente. Para algunos de estos críticos, la estructura no lineal del hipertexto vendría a ser una representación del pensamiento humano, en la cual se plasma con mayor facilidad la digresión asociativa de ideas. Para estos autores, la mente humana funciona por asociación de ideas y no sigue un hilo lógico o discursivo lineal o, por lo menos, se trata de un hilo multisecuencial. Los primeros autores de esta nueva tendencia pusieron en práctica sus ideas explorando las posibilidades de la narrativa no lineal por medio de la construcción de hipertextos narrativos o hiperficciones a los que aplicaban una estructura meramente asociativa, sin ninguna jerarquía ni línea argumental definida. Estos autores se apoyaban en los filósofos postestructuralistas como Barthes, Derrida o Foucault y su defensa de la obra abierta u obra en contexto. Era el lector el que iba creando la obra por medio de un viaje exploratorio y de descubrimiento a través de un camino no prefijado. Se trataba, en realidad, de considerar que el texto se iba construyendo a medida que el lector optaba, aleatoriamente, entre seguir uno u otro camino de entre las bifurcaciones que se le presentaban. El énfasis se situaba en el lector y no en el texto, pues era el primero el que creaba el texto por exploración, encaminando sus pasos hacia una determinada ruta sin saber muy bien adónde le conducirían sus pasos. Pero la metáfora de la mente humana como asociación de ideas ha llegado aun más lejos. Se ha llegado a hablar del hipertexto y más en concreto, del gran hipertexto de la World Wide Web, como de una representación metafórica de ciertas partes del pensamiento colectivo o también como una representación de la manera en que se organizan e interconectan las neuronas del cerebro humano para desarrollar los procesos cognitivos. La Web semántica junto con los agentes inteligentes, la sociedad funcionando como un sistema nervioso central o cerebro global y compartiendo todo ese conocimiento en la red, formarían la llamada red global del conocimiento. Dejando al margen estas disquisiciones metafóricas, es cierto que una estructura reticular es la que mejor se presta para establecer relaciones de tipo asociativo o semántico cuando no queremos priorizar o jerarquizar ninguna parte o ningún nodo concreto de la red, pero ello no quiere decir que las relaciones asociativas sean las únicas posibles en el hipertexto. Es más, puede haber hipertextos sin relación asociativa alguna o, por el contrario, hipertextos que, junto a este tipo de relaciones asociativas presenten relaciones de otro tipo que primen sobre las puramente asociativas, como por ejemplo, un hipertexto estructurado jerárquicamente en su base estructural, pero que también contenga relaciones por asociación. De igual manera, tampoco podemos afirmar que el cerebro funcione únicamente por relaciones asociativas, sino que junto a este tipo de relaciones, existe un pensamiento discursivo, lógico, argumentativo y secuencial. Ambos tipos de razonamiento no son excluyentes, sino que coexisten y, a veces, convergen apoyándose el uno en el otro. red multisecuencial con jerarquía Quizás, este empecinamiento en defender la estructura asociativa del hipertexto se haya debido, en parte, a la comparación de un medio nuevo como es el hipertexto, con el de los medios analógicos tradicionales y, así, mientras que un libro sólo podía seguir una estructura lineal mediante un desarrollo temporal y secuencial, había que hacer énfasis en que el hipertexto sí podía alejarse de la linealidad impuesta por el los viejos soportes como el papel o la película, puesto que el hipertexto sí permite construcciones asociativas, además de las meramente discursivas y lineales. Cuando queríamos glosar un texto, lo debíamos hacer en los márgenes del papel o en notas a pie de página, pues era imposible introducir digresiones o comentarios sin romper el hilo del discurso principal.
Red semántica o asociativa Pero, como hemos afirmado, la estructura hipertextual no obedece solo a estas relaciones asociativas o semánticas que son las que mejor se prestan a un representación en forma de red, sino que en un hipertexto se pueden -y suelen- establecerse otros muchos tipos de relaciones más o menos estructuradas y que obedecen a relaciones de tipo jerárquico y secuencial. La estructura hipertextual es una estructura bastante compleja que puede integrar en sí misma diferentes tipos distintos de organización de la información. Un hipertexto no solo puede presentar una estructuración en forma de red por medio de nodos encadenados los unos a los otros mediante relaciones asociativas o semánticas, sino que junto a este estructura reticular asociativa, puede presentar -y suele presentar como verdadera armazón estructural, formal, navegacional y discursiva- una organización secuencial o multisecuencial (esto es, lineal con alternativas) y/o una estructura jerárquica. Una estructura hipertextual puede conjugar todas estas estructuras en mayor o menor medida, y primar unas sobre otras, por lo que sería incorrecto afirmar que la estructura de un hipertexto se limita a la configuración de una red semántica o asociativa. Veamos otros ejemplos de organización hipertextual diferentes de la estructura de red semántica o asociativa:
Hipertextos jerarquizados Lluis Codina en El libro digital y la www resume de forma muy clara la estructura del hipertexto como una red o malla con una estructura de 3 dimensiones: "la lista tiene una sola dimensión, que es la que va de izquierda a derecha (o de derecha a izquierda). La tabla tiene dos: las filas (de izquierda a derecha) y las columnas (de arriba abajo). El hipertexto tiene 3 dimensiones: la primera dimensión es la relación arriba/abajo o relación vertical que forma la estructura básica del hipertexto. La segunda es la relación horizontal, que sirve para unir elementos del hipertexto por asociación. La tercera, finalmente, es la que establece una relación entre hipertextos distintos dentro de un docuverso o universo documental". Y así, resume así los 3 tipos de estructuras hipertextuales:
Este mismo autor crea un modelo que denomina Hipertexto Múltiple sobre Arquitectura Arbórea (HIMSA) cuya característica principal es, precisamente, la combinación de varias estructuras en un solo modelo hipertextual y el uso de otros componentes básicos de los sistemas de navegación, orientación contextual, etc. Este modelo estaría compuesto por:
En el hipertexto se suele hablar no sólo de fragmentariedad, sino también de desorientación. Sin embargo, es más fácil perderse por una red semántica que por una red estructurada o jerarquizada, ya que la propia estructura hipertextual tiene sentido en sí misma y ofrece una visión de tal sentido. Por ejemplo, la estructura puede proporcionar información sobre las relaciones causales, espaciales, temporales, semánticas, de dependencia jerárquica y secuencial, etc. entre los elementos que la conforman. El hipertexto es una arquitectura en sí misma que crea nuevas demandas de puntos de acceso, navegación y comprensión por parte del usuario y que crea unas condiciones de generación, organización y procesamiento de la información por parte del autor. Además de la estructura, la dimensión tan vasta y compleja del documento hipertextual, sobre todo en la Web, pero también en hipertextos más pequeños, hace necesario un sistema de navegación, búsqueda y recuperación de la información adecuados para evitar las consecuencias negativas de la desorientación. De cualquier forma, la desorientación se puede evitar dotando al hipertexto de una estructura interna coherente, por ejemplo, estableciendo una progresión y graduación de contenidos organizada de forma jerárquica, secuencial y asociativa, además de contar con otras herramientas de navegación como mapas o guías de navegación. La complejidad de la estructura de un hipertexto viene determinada no sólo por el tamaño total del hipertexto sino también por la granularidad o grado de conexiones que contenga, esto es, el número de nodos que participan en cada extremo del enlace. La complejidad también se debe a la existencia de una serie de variables como si existe sólo texto o aparecen otras morfologías multimedia como imágenes, sonido, vídeo, recursos audiovisuales, contenido dinámico, etc; si se apoya en una o varias fuentes o soportes de almacenamiento (CD-ROM, DVD, disco duro de nuestro ordenador, etc.) y/o en las redes telemáticas; y en si se ofrecen no sólo herramientas de navegación, sino otros mecanismos de interacción más o menos complejos, etc. E, incluso, la complejidad puede depender de la forma en que se haya estructurado el campo conceptual en el que nos movemos. Por lo tanto, la estructura en red puede referirse o reflejar 3 aspectos o niveles distintos del hipertexto:
Cualquier tipo de organización hipertextual, por muy complicada que sea, se puede representar gráficamente. Para ello, se suelen utilizar diagramas, árboles, grafos o redes.
Fuente de las imágenes: elaboración propia a partir de la estructura hipertextual de esta tesis
Fuente de las imágenes: la de la izquierda es elaboración propia a partir de la estructura hipertextual de esta tesis y la de la derecha está extraída de: Fundación Sidar
BibliografíaCARIDAD, M.; MOSCOSO, P. Los sistemas de hipertextos e hipermedios: una nueva aplicación en informática documental. Salamanca, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1991. CODINA, Lluis. El libro digital y la WWW. Madrid, Tauro Ediciones, 2000. [Volver] CODINA, Lluis. “H de Hypertext, o la teoría de los hipertextos revisitada”. Cuadernos de Documentación Multimedia. Nº 6-7, 1997-1998. http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista//cuad6-7/codina.htm RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, A. Navegar por la información. Madrid, Fundesco,1991.
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