María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. |
Al definir el término hipertexto, hemos destacado como una de sus características básicas, la estructuración de la información de manera multisecuencial. Sin embargo, para hacer posible esta estructura no lineal, es preciso definir de forma clara y precisa tanto la arquitectura formal que subyace bajo la presentación hipertextual, como la propia arquitectura navegacional que se le presenta al usuario. Bajo el concepto de estructura hipertextual se suelen agrupar 3 conceptos distintos que hacen referencia a diferentes aspectos del hipertexto:
Nos interesan, sobre todo, los dos primeros conceptos, ya que ambos configuran la estructura del hipertexto y suelen establecerse teniendo en cuenta cómo se afectan el uno al otro. El diseño de la arquitectura estructural del hipertexto vendrá determinado por la posible arquitectura navegacional y viceversa. En general, hay que tener en cuenta que la estructura final de un hipertexto vendrá determinada por una serie de factores de diverso signo como son:
La estructura de hipertexto se compone de tres elementos esenciales: nodos, enlaces y anclajes. Los nodos son las unidades básicas que contienen la información, los enlaces interconectan los nodos vinculando segmentos de información y los anclajes sirven para marcar el inicio y el destino de cada enlace. Estos elementos básicos y simples que constituyen un hipertexto dan lugar al desarrollo de estructuras muy heterogéneas y complejas que permiten acceder a la información mediante la llamada navegación o recorrido a través de los nodos, mediante los enlaces. La estructura de cualquier hipertexto por muy simple o complejo que parezca, puede plasmarse mediante una representación gráfica para hacer más fácil su comprensión y estudio. Esta representación es muy útil para analizar los hipertextos y sus relaciones, pero también es un instrumento indispensable para diseñarlos. Un medio de estructurar la información de forma coherente es trazar un diagrama de flujo que incluya los nodos y los enlaces con sus rutas de acceso y que luego puede servir de guía en el momento de la elaboración del propio hipertexto. La teoría matemática de grafos que estudia las conexiones entre una serie de nodos y las relaciones entre ellos, se ha convertido en una herramienta imprescindible para estudiar las estructuras en red, entre ellas las hipertextuales. A la estructura básica de cualquier sistema de hipertexto, nodos y enlaces y al modo de consulta mediante la navegación, se han ido añadiendo una serie de funcionalidades, como señala Isidre Canals en Introducción al hipertexto como herramienta general de información: conceptos, sistemas y problemática:
De estas funcionalidades podría establecerse una clasificación funcional de los hipertextos:
La aparición de la World Wide Web convirtió en realidad el verdadero contexto global del hipertexto/hipermedia. Sin embargo, es en la Web donde se plantean los mayores problemas ya que no tiene límites definidos y existe una completa falta de estructura de los contenidos.
La estructura hipertextual es una estructura bastante compleja que integra en sí misma varios tipos distintos de organización de la información: secuencial, jerárquica y en red. En las siguientes figuras, donde se muestran distintos estilos de estructuración de documentos: secuencial, jerárquica y en red, podemos comprobar que el estilo hipertextual es un tipo de estructura que conjuga todos ellos, es decir, una estructura hipertextual incluye (o puede incluir) tanto estructuras secuenciales, como reticulares y jerárquicas.
En las estructuras hipertextuales existen, pues, diferentes formas de organizar la información, que van desde la forma más simple de hipertexto que es una unión secuencial entre nodos, pasando por una organización estructurada y otras formas más complejas como puede ser una organización jerarquizada, hasta llegar al grado más complejo de organización hipertextual que es la conjugación o combinación de todos estos tipos de estructuras, el llamado estilo hipertextual propiamente dicho. La forma más simple del hipertexto es la unión entre nodos, también llamado hipertexto de nodos encadenados. Este tipo de hipertexto funciona como un glosario de acceso aleatorio que posibilita el acceso directo a cualquier nodo en el hipertexto. En el diseño del hipertexto se pueden limitar las conexiones posibles para ayudar al usuario a prevenir el azar.
Hipertexto de nodos encadenados En un hipertexto estructurado tenemos un conjunto de nodos donde no todos ellos están relacionados, así, un nodo puede o no tener acceso a otro u otros nodos. El conjunto de nodos o bloques de información pueden ser estructurados en muy diversas formas, dependiendo del modo en que el diseñador del hipertexto permita la exploración al usuario. Cada hipertexto debe aportar un conjunto de herramientas de búsqueda para acceder a los nodos, que sean acordes con la secuencia de la estructura de nodos. Por ejemplo, los usuarios pueden acceder a un concepto que tiene opciones estructuradas, o ver la definición de un término, una ilustración de éste, o mirar algunos ejemplos.
Hipertexto estructurado Un hipertexto jerarquizado posee un diseño más estructurado que el anterior. La diferencia radica en los grados de la estructura. La disposición de los nodos en el hipertexto jerárquico ofrece conceptos más detallados e incluidos bajo conceptos más generales, esto es, los conceptos más generales se desglosan en conceptos más detallados que son relacionados con eventos u objetos individuales. En este tipo de hipertexto a los usuarios se les permite moverse hacia abajo en la jerarquía para explorar los nodos subordinados del nodo principal. Se pueden mover hacia los lados solamente para buscar términos relativos o sinónimos. Tal restricción permite asegurar que los usuarios recorran completamente las relaciones jerárquicas.
Hipertexto jerarquizado Este tipo de estructuras son posibles gracias a la existencia de una serie de elementos que componen un hipertexto y que permiten conectar unos elementos con otros estableciendo relaciones de distinto tipo. Existe una gran variedad de interpretaciones en la tipología de la estructura de un hipertexto: Ordinas, Benito, Martí y Salinas en su artículo Modelos de estructuración de material didáctico multimedia utilizados en Campus Extens distinguen 2 tipos de hipertexto/hipermedia según la estructura:
Rodríguez de las Heras nos habla de arquitectura de bucles abiertos. Cada uno de los nodos o bloques de información forman en conjunto lo que se ha denominado bucles y que, por sus características hipertextuales pueden no ser lineales, sino abiertos y entrelazados entre ellos, lo que significa que comparten nodos. Leggett en Designing hypermedia for learning cita 5 tipos básicos de estructura del hipertexto:
Jorn Barger (quien por cierto, acuñó el término weblog) en HyperJunk: Hypertext theory as if the WWWeb matters establece 4 tipos de hipertextos atendiendo a su contenido y a la organización de éste:
Betteni, Vittadini y Gasparini en Gli Spazi dell'ipertexto hablan de 3 tipos de estructura en el hipertexto:
José Luis Orihuela y Maria Luisa Santos en Introducción al diseño digital diferencian 7 tipos de estructuras hipertextuales principales: lineal, ramificada, paralela, concéntrica, jerárquica, reticular y mixta. Todas ellas se pueden clasificar según sean cerradas (un único comienzo y un único final) o abiertas (una o varias entradas con diferentes nodos finales). Otros autores hacen clasificaciones similares, aunque con distintas denominaciones a las antes mencionadas. De esta forma, el modelo básico es la estructura lineal, que puede ser lineal con alternativas y a partir de ahí se van ofreciendo distintos niveles de complejidad: lineal con alternativas y retorno, multilineal si se crean varios nodos de entrada dispuestos en una estructura paralela donde cada nodo se conecta al anterior o posterior; reticular si cada nodo se conecta a un nodo paralelo con la posibilidad de que el usuario pueda volver al inicio desde cualquier nodo, ramificada o arbórea si se trata de una estructura abierta en la que un único nodo de entrada da paso a distintas alternativas que a su vez pueden diversificarse en otras opciones, hasta constituir una estructura mixta con mayor o menor complejidad y en donde se combinarían estructuras arbóreas o ramificadas con múltiples relaciones y ramificaciones tanto jerárquicas como reticulares. También se han hecho otras subclasificaciones dentro de estos tipos generales, como la denominada estructura arbórea con barreras que es la que se establece cuando se presentan determinadas barreras o condiciones para llegar al siguiente nodo, como por ejemplo que el usuario elija una opción en un formulario, etc. O las denominadas estructura convergentes que son estructura arbóreas en las que todas las alternativas previas conducen a un único nodo a partir de un estrechamiento en la estructura hipertextual. Algunos autores han hablado de la crisis del hipertexto (Pastor Sánchez y Saorín Pérez) derivada de la falta de una estructura normalizada hipertextual y de los problemas que sigue planteando el hipertexto: desorientación, falta de normalización en el establecimiento y conceptualización de los enlaces y las relaciones, existencia de numerosas microestructuras hipertextuales que son incompatibles entre ellas o que no pueden integrarse en red, falta de una estructura formal de base de datos que normalice el almacenamiento de las estructuras de hipertexto, incompatibilidad entre los distintos sistemas. etc. Algunos de estos problemas han sido, en parte, paliados por la existencia de la Web, pero otros muchos siguen en pie. El hipertexto no es una mera forma de creación de documentos y de presentación y navegación por la información, es una estructura mucho más compleja que se sustenta sobre elementos de muy distinto signo y que deben conformar un todo integrado que tenga en cuenta la estructura interna de la información, su estructura externa, la estructura inmediata de presentación de la información, el contexto físico y psicológico y las posibles necesidades del usuario, etc. Al hablar de la arquitectura del hipertexto, nos referimos ya a los diferentes modelos abstractos de hipertexto y a los diferentes niveles y capas que establecían los modelos primigenios Dexter, HAM, Trellis, Formal, etc. Estos modelos abstractos tienen su correlato en las aplicaciones reales y así, podemos hablar de 4 etapas en el desarrollo de las aplicaciones de hipertextos:
Los actuales modelos hipertextuales se basan todos ellos en el diseño orientado a objetos porque resulta muy útil considerar los nodos y enlaces como objetos y relaciones, respectivamente. Los modelos orientados a objetos se utilizan de forma generalizada en el diseño de todo tipo de aplicaciones informáticas, ya que permiten crear un modelo de sistema de información considerando que su estructura interna está formada por objetos que interactúan entre sí. A cada objeto se le puede asignar unas propiedades específicas (que representa la estructura de la información) y un comportamiento (que representa el procesamiento de dicha información). Los objetos que comparten unas mismas características se pueden agrupar en clases, y cada objeto concreto perteneciente a una determinada clase se denomina objeto o instancia de clase. Esto se aplica también al diseño de hipertextos y así, en el Diseño Conceptual se realiza un modelo orientado a objetos que representa al dominio de la aplicación en estudio. Luego se construye sobre este modelo un modelo de navegación. Finalmente se definen los aspectos de la interfaz y de implementación. Cada modelo navegacional provee una vista subjetiva de acuerdo a diferentes perfiles de usuarios. Durante esta fase se definen los objetos navegacionales que reflejarán los objetos de la aplicación. Los objetos predefinidos para el modelo navegacional son: nodos, enlaces y estructuras de acceso, que representan diferentes formas de acceder a la información. La principal estructura de navegación es el contexto navegacional: un contexto navegacional es un conjunto de nodos, enlaces y otros contextos navegacionales anidados. Puede ser definido enumerando una condición que deben cumplir sus miembros o enumerando cada uno de ellos. La definición incluye el orden de acceso a los elementos que lo componen y relaciones con otras estructuras de acceso relacionadas. Existen 6 formas básicas de definir un contexto navegacional:
Los nodos son enriquecidos con clases especiales que le permiten al nodo mostrarse con diferentes aspectos de acuerdo al contexto navegacional. Los contextos navegacionales organizan el espacio de navegación, ayudando al usuario a recorrer la información. Se pueden ampliar las capacidades de navegación de la vista de hipertexto utilizando un modelo de análisis orientado a objetos no sólo para las vistas, sino también para la interfaz. Existen numerosos métodos y notaciones como HDM, RMM, OOHDM, EORM, etc. que permiten diseñar este tipo modelos orientados a objetos, y también hay lenguajes muy completos y complejos como UML o Lenguaje Unificado de Modelado, que facilitan y sistematizan tal labor. Es muy útil también incorporar nodos que representen la racionalidad de la información. El acceso de la información a través de un hipertexto relaciona ideas permitiendo obtener nueva información, sacar conclusiones, encontrar inconsistencias y conflictos, etc. Los contextos navegacionales permiten concentrarse en determinados aspectos, filtrando la información que se desea analizar del resto, y permiten relacionar los conceptos del macrosistema, obteniendo información complementaria. Los problemas que ocasiona modelar el macrosistema a través de un modelo de hipertexto provienen de los dos problemas clásicos de la navegación en un hipertexto: la sobrecarga cognitiva y la desorientación. La información redundante debe ser utilizada con un buen criterio, y se debe ayudar al usuario a elegir la forma en que navega de una manera controlada y consistente. Este problema se ha atacado a través de los conceptos del modelo navegacional orientado a objetos. Los nodos de la vista de hipertexto pueden responder a un concepto dentro del macrosistema, con una semántica bien definida. Los enlaces derivan a partir de las relaciones que surgen naturalmente del modelo conceptual y como resultado de consultas que definen los contextos navegacionales que agrupan nodos según cumplan algún criterio en común. De esta forma se logra una estructura de navegación fuertemente relacionada al modelo conceptual que representa y el usuario o creador de un hipertexto comprende donde está, a qué nodos puede acceder y cómo hacerlo.
Antes, el usuario gestionaba la información almacenada en su disco duro mediante la metáfora del escritorio (sistemas de carpetas y archivos). Ahora, con el acceso a información distribuida en la Web, ya no tiene sentido almacenar grandes cantidades de datos en el disco local, pues se puede consultar en línea sin necesidad de ocupar espacio en el disco. Los documentos que se utilizan ya no son sólo los almacenados, y la metáfora de organizar el escritorio de trabajo ha quedado obsoleta y ha sido sustituida por la nueva metáfora de la navegación hipertextual.
La interfaz de la World Wide Web se ha hecho tan popular que está invadiendo el mundo del PC e incluso Windows ofrece como opción la utilización de los enlaces y el sistema de exploración del web para la navegación interna por el disco duro. Este sistema también está siendo utilizado de forma masiva en las nuevas aplicaciones ofimáticas que integran el sistema de hipertexto en sus programas: los documentos de Word y Excel permiten crear enlaces a otros documentos sin importar si están en el disco duro en el que se trabaja, en otro de la red local o en un servidor externo; la ayuda de Windows o los nuevos editores de libros electrónicos (e-books), muchos documento PDF y otras aplicaciones, poseen estructura hipertextual con enlaces de unos documentos a otros, de unos capítulos a otros. E incluso, la tecnología de los discos ópticos de almacenamiento (CD-Rom o DVD) comparten las características de las interfaces web en cuanto al diseño y además integra el multimedia con el dinamismo de los enlaces, que no sólo son internos sino que también salen a la red. La interfaz de navegación no debe limitarse, pues, a la parte visible de la información en un momento dado, sino que constituye una estructura más compleja que debe ser capaz de ofrecer al usuario el acceso a la parte del documento que le interesa y en la forma que desea. Así pues, se necesita una gramática de construcción y consulta sumamente compleja, pero que se presente de forma sumamente sencilla de cara al usuario y que sea lo más normalizada posible. Un buen hipertexto debe suministrar herramientas de uso sencillo y fácil para que el usuario sepa en todo momento en dónde se encuentra y hacia dónde puede ir. Estas herramientas útiles para la navegación por el sistema se refieren tanto a la estructura de navegación, como a las relaciones semánticas del contenido, las características generales de la interfaz del usuario y la planificación general del hipertexto. La idea fundamental que subyace a las diferentes clasificaciones de las estructuras hipertextuales es la importancia que se da a que el usuario no se pierda o desoriente en el sistema. La diferencia radicaría básicamente en la libertad de movimientos que se concede al usuario, es decir, el nivel de interacción permitido. La complejidad de la estructura del hipertexto viene determinada no sólo por el tamaño total del hipertexto o por el grado de conexiones que contenga tanto en relación a la granularidad (o número de nodos que cuelgan del nodo raíz: esto es, profundidad) como en relación al número de nodos de un determinado nivel, esto es, extensibilidad o amplitud), sino que también está determinada por la existencia de una serie de variables como si existe sólo texto o aparecen otras morfologías como gráficos, audio, vídeo, etc; si se apoya en una o varios soportes de almacenamiento (CD-ROM) y/o en las redes telemáticas; si aparecen herramientas de navegación y otros mecanismos de interacción más o menos complejos, si existen características dinámicas, si hay bases de datos vinculadas para poder realizar búsquedas y obtener resultados dinámicos, etc. El grado de interactividad es, pues, otra de las variables que influyen en la estructura y complejidad de un hipertexto. La interactividad puede ser muy baja (simple navegación) o muy alta (autoría, resolución de problemas, participación en la base del conocimiento, etc.) dependiendo de múltiples factores. La interactividad influye no sólo en la conducta del usuario, sino también en el entorno (el sistema puede ser utilizado para recuperar información o como herramienta de colaboración, o incluso puede tratarse de una herramienta constructiva donde el usuario pueda participar en la elaboración de conocimiento). Para el diseño de distintos entornos, véase Design of Constructivist Learning Environments(CLEs) en http://www.coe.missouri.edu/~jonassen/courses/CLE/, donde se presentan ejemplos de diseño y herramientas de estos entornos.
Fuente: Designing Constructivist Learning Environments. http://www.coe.missouri.edu/~jonassen/courses/CLE/ En resumen, lo primero que debe considerar el autor de un documento hipertextual es, precisamente, si conviene que la información que va a presentar tenga una estructura hipertextual, puesto que no siempre resulta la manera más adecuada de presentar la información; conviene que se den algunas condiciones iniciales:
Si no es así, y siguiendo a Shneiderman cuando se refiere a sus "reglas de oro del hipertexto", probablemente resultará más cómoda la lectura lineal en lugar de ir de enlace en enlace buscando la información que sigue a la ya leída. El segundo planteamiento se refiere a la estructura en sí misma, a cómo organizar la información que se ha decidido presentar bajo esta forma, y al propio diseño que se va a adoptar.
El creador de documentos hipertextuales debe tener en cuenta que:
Los sistemas de gestión de hipertextos son unas muy útiles herramientas de autoría y de manipulación de hipertextos, diseñadas para acometer acciones como la importación de documentos o de nodos, la edición de enlaces, la exportación de colecciones de documentos, nodos o enlaces; la generación de bases de datos completas, la generación de índices y de tablas de contenido de forma automática, además de que facilitan la generación y tratamiento de un gran número de estructuras hipertextuales distintas. Las principales herramientas con que debería contar todo hipertexto son:
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