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Los
documentos digitales, en general, presentan
un mayor grado de inestabilidad y menor fijeza que los documentos analógicos, ya que
pueden ser alterados y modificados con mayor facilidad. En este sentido se habla
de "actualización" para aludir a la facultad de modificar y poner al día un
documento. Los documentos analógicos presentan más
problemas de actualización
que los documentos digitales, aunque dentro de estos últimos también existen
grados distintos de actualización ya que depende del
soporte de almacenamiento
en el que se guarden. No podemos modificar un
documento en soporte papel a menos que borremos, tachemos, cortemos o peguemos
partes del material físico y lo mismo sucede con un libro, aunque la
edición
digital permite modificar el texto si lo tenemos digitalizado en un
archivo de
nuestro ordenador y se ha convertido en una tarea fácil volver a imprimir el
documento en cuestión una vez modificado. También podemos reeditar digitalmente
un libro impreso, pero esta nueva edición comportaría nuevos gastos y trabajos
de impresión, encuadernación, distribución, etc.
Los
soportes ópticos de sólo lectura como
un
CD-ROM o un DVD
no pueden ser manipulados directamente, pero sí que pueden ser copiados a otros
soportes digitales de escritura tanto ópticos
como magnéticos y estas copias pueden, a su
vez, ser manipuladas y modificadas. Este hecho se ha convertido en el terror de
los sectores antipiratería y de los defensores de los derechos de explotación y
autoría. La facilidad de actualización está también relacionada con otra
características: la autenticidad. Un documento digital, fácilmente copiable y
manipulable, ofrece un menor grado de autenticidad que un documento analógico,
al igual que un documento original en soporte papel es más auténtico que una
fotocopia. Por eso ha sido necesario establecer en el ciberespacio cierto tipo
de regulaciones legales similares a las que ya existían en el mundo real, ya que
a través de la World Wide Web se realizan e intercambian
servicios tales como contratos, transacciones económicas y financieras, compras
online, etc. Esto ha obligado a desarrollar herramientas y mecanismos
tales como la firma o el certificado digital con el fin de comprobar que un
usuario no es suplantado por otro, o los certificados de autenticidad y autoría,
cuyo objeto es dar a conocer que un documento descargado de la red es de
confianza o, simplemente, para acreditar dicha autoría.
Por su parte, los
documentos contenidos en soportes magnéticos,
son perfectamente copiables y manipulables en los discos
duros de nuestros ordenadores o de los servidores que alojan nuestras
páginas web, disquetes,
tarjetas de memoria,
discos zip, etc. Así pues, una
característica de los documentos hipertextuales integrados en la
World Wide Web es que son actualizados constantemente y se
caracterizan por su transitoriedad y volatilidad. Dichos documentos varían en el
tiempo y el espacio ya que los documentos digitales presentan una gran facilidad para la modificación y actualización. Esta inestabilidad, volatilidad y
actualización que se pueden resumir como componentes de la característica que
hemos definido como transitoriedad, se produce tanto en el
contenido como en la localización del documento. Los contenidos se actualizan y
se modifican constantemente y también existen problemas con su ubicación ya que
un documento puede estar distribuido en cualquier parte de la red mundial, puede localizarse en varios sitios a la vez, se puede acceder a él desde distintos
protocolos (www, ftp, telnet, gopher, etc.), puede mudar de dirección e, incluso,
puede desaparecer definitivamente sin previo aviso. ¿Cuántas veces nos
aparece el tan temido Error 404 cuando intentamos acceder a una
dirección URL que ya no existe en la
Web?
Debido a la
transitoriedad que presentan los hiperdocumentos de la WWW
tanto en el contenido como en la localización y en la propia forma del
hipertexto, ha sido preciso establecer unos parámetros que permitan
normalizar tanto los aspectos relativos a la
localización del documento, como a los
contenidos y la forma
del documento hipertextual, puesto que el número de documentos de la
Web aumenta cada día, crece sin ningún criterio de
estructuración de la información y es imposible que, debido a la transitoriedad
y volatilidad, se empleen los mismos criterios que se han utilizado en los
medios impresos para identificar, describir y tener acceso al documento hipertextual dentro de la WWW.
Bibliografía
CODINA, Lluis. El libro digital y la WWW. Madrid, Tauro Ediciones,
2000.
Méndez Rodríguez, Eva Mª; Merlo Vega, José Antonio. Localización,
identificación y descripción de documentos web: tentativas hacia la
normalización.
http://rayuela.uc3m.es/~mendez/publicaciones/fesabid00/fesabid001.pdf
MERLO VEGA, José Antonio. Localización, identificación y
descripción de recursos web: tentativas hacia la normalización. En VII
Jornadas Españolas de Documentación. Bilbao, Universidad del País Vasco, 2000.
NUNBERG, Geoffrey. El futuro del libro
¿Esto matará eso? Barcelona, Paidós, 1998.
RODRÍGUEZ BRAVO, Blanca. El documento:
entre la tradición y la renovación. Gijón, Ediciones Trea, 2002.
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