María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. |
Las bibliotecas han sido, tradicionalmente, las encargadas del almacenamiento y conservación de los fondos bibliográficos -y no bibliográficos- y de la información en ellos contenida, pero también se han convertido, junto con los centros de documentación, en los organismos encargados de difundir los documentos y la información. Los servicios de información y referencia, esto es, los que tienen la función de facilitar información a los usuarios, han cobrado un papel muy importante en los últimos 50 años. El término referencia, procede el inglés reference, empleado con el significado de consulta y abarca operaciones como los servicios de información bibliográfica, los servicios de búsqueda y consulta documentales, los servicios de orientación al usuario, etc. Una de las principales funciones de las bibliotecas es desarrollar sistemas de acceso a los documentos que estén contenidos en su propia colección, pero con el objetivo de prestar una información integral, también deberían desarrollar sistemas de acceso a la información y a otros documentos que no se encuentren entre sus propios fondos. La explosión de Internet parece haber desplazado el papel de las bibliotecas y centros de documentación a un plano secundario puesto que la información ya no se encuentra únicamente en esos antiguos centros del saber, sino que masivamente va invadiendo la red. Y también cabría preguntarse si es necesario que los usuarios cuenten con un intermediario -biblioteca o centro de documentación- para acceder a una información que se puede localizar directamente en la red. Por otro lado, los nuevos métodos de búsqueda y acceso directo al documento, parecen haber desbordado los tradicionales métodos bibliotecarios para acceder a los nuevos medios y a la información en ellos contenida. ¿Son realmente útiles los viejos métodos de análisis documental: descripción bibliográfica, clasificación y catalogación de documentos, para difundir la información? Las principales funciones de un servicio de referencia de una biblioteca o centro de documentación son: la información, la orientación y la formación de usuarios. Y para que cualquier consulta sea contestada satisfactoriamente, es necesario contar tanto con una buena colección de referencia, como tener un perfecto dominio de los sistemas de consulta de cualquier fuente de información. También es muy importante la orientación y formación de usuarios, para que sean ellos mismos los que puedan hacer uso de de estos servicios por sí mismos. Entre las labores tradicionales de un servicios de información documental se encontraban:
Si antes era necesario que el usuario se desplazase a la biblioteca o centro de documentación para obtener uno de estos servicios, hoy muchos de ellos se pueden prestar y obtener en línea, como consultas y respuestas por medio del correo electrónico o de la web; envío de referencias o de documentos primarios, e información sobre novedades según los temas elegidos por los usuarios, igualmente por e-mail; presentación de catálogos, índices y resúmenes en línea, servicios de búsqueda y acceso al documento a través de formularios on line; listas de discusión sobre temas concretos, etc. A los viejos servicios que se prestan hoy de forma más rápida y eficiente mediante el uso de las nuevas tecnologías, hay que añadir una serie de nuevos servicios que las bibliotecas y centros de documentación deben ofrecer si no quieren quedar relegados como garantes y difusores de la información y del "saber". ¿Quién mejor que documentalistas y bibliotecarios, conocedores de las técnicas y procesos técnicos del tratamiento y análisis de la información para aplicar estos conocimientos sobre los nuevos documentos que proporciona la red? Se precisan las técnicas del análisis documental para la búsqueda y acceso a la información on line, para la indización y clasificación de los documentos hipertextuales, para la aplicación de los lenguajes documentales, para la elaboración de información electrónica (repertorios hipertextuales y bases de datos), para utilizar las fuentes de referencia electrónica y para aplicar procedimientos de información automatizados que tengan en cuenta -y que conozcan- las necesidades informativas de los usuarios.
Cada biblioteca y centro de documentación tiene unas funciones distintas, no es
lo mismo una biblioteca escolar que una biblioteca especializada, y también
existen diferencias notables entre las necesidades de información de sus
usuarios, por lo tanto, los servicios bibliotecarios de referencia dependerán
Las demandas de información de los usuarios se pueden resumir, groso modo, en 2 grandes grupos: preguntas de información general que requieren una respuesta sencilla y que se responden rápidamente consultando en una determinada fuente de información (en red o fuera de ella: enciclopedias, diccionarios, anuarios, bases de datos concretas, etc.), y preguntas de información bibliográfica. Estas últimas requieren el uso de productos bibliotecarios o similares: catálogos, índices, resúmenes y bibliografías y pueden estar contenidos en cualquier tipo de soporte: papel o electrónico (catálogos en línea, índices y repertorios hipertextuales, etc.). Lo que está claro es que las bibliografías ya no se pueden limitar a las monografías y publicaciones en papel, pues cada día hay más información en bases de datos e hipertextos ya sean en línea o en soportes ópticos. Cada tipo de biblioteca, atendiendo a su función y usuarios, deberá adecuar sus antiguos servicios de referencia ampliándolos y mejorándolos mediante el uso de los medios electrónicos o prestando algunos servicios nuevos. Para ello, deberá completar sus antiguos fondos de referencia con los nuevos productos y materiales electrónicos de referencia. Así, los fondos de referencia deberían estar integrados por:
Internet no va a desplazar a las
bibliotecas, existen barreras culturales,
tecnológicas, económicas o físicas, etc. que impiden el acceso de ciertos
usuarios Existen millones de usuarios, cada uno de ellos con unos conocimientos y una competencia distinta a la hora de acceder a la información. Debido a su experiencia, los documentalistas y bibliotecarios están perfectamente preparados para llevar a cabo una buena selección y evaluación de recursos digitales y para organizar y establecer con eficiencia unos servicios en los que sigue siendo fundamental organizar la información (sea analógica o digital), aunque el modo de presentación de dicha información y la atención al usuario abarque ahora tanto el campo real como el virtual. Así pues, las bibliotecas y centros de documentación deberán aportar su experiencia profesional en los siguientes ámbitos de organización de la información:
Los cambios tecnológicos en manos de ingenieros e informáticos han ido mucho más rápidos que las transformaciones producidas en las bibliotecas en relación con los procesos técnicos documentales, sin embargo, poco a poco las bibliotecas se van adaptando a los nuevos cambios y el uso de la World Wide Web, las listas de distribución de Internet para atención a usuarios o la elaboración de directorios, boletines, guías informativas, fichero de preguntas más frecuentes (FAQ), dosieres de prensa en línea o servicios de búsqueda y recuperación en línea, son ya algo habitual en muchas bibliotecas tradicionales y, por supuesto, en otras bibliotecas y centros de documentación que han nacido al amparo de la red y sólo existen de forma virtual.
La
World Wide Web
es un gran catálogo de
recursos enciclopédicos donde encontrar información de cualquier tipo sobre
cualquier tema.
Se trata, en realidad, de una fuente
inagotable de información primaria: documentos de todo tipo,
diccionarios (glosarios, terminologías, tesauros, vocabularios), anuarios,
mapas, atlas, biografías, clasificaciones, enciclopedias, estadísticas,
A pesar del desarrollo y sofisticación de los buscadores y del empleo de robots y agentes inteligentes para indizar y clasificar los documentos de la Web, es preciso también describir toda esa maraña de información y organizarla para poder recuperarla de forma eficiente. Así, el uso de metadatos, la utilización de tesauros, la elaboración de ontologías y el empleo y desarrollo de lenguajes documentales, es fundamental para el camino hacia la Web semántica. Los bibliotecarios y documentalistas, tienen pues, un nuevo campo de trabajo en el que aportar sus viejas técnicas, al servicio de las nuevas tecnologías. Asimismo, existen organismos relacionados con el campo de la biblioteconomía y la documentación que se han preocupado de adaptar los servicios de referencia a los nuevos avances tecnológicos, es el caso de RUSA: The Reference and User Services Association http://www.ala.org/ala/rusa/rusa.htm, organismo dependiente de la ALA que agrupa a los profesionales de la información y la referencia y cuyo fin es conectar a la gente con los recursos de información, los servicios y los materiales que precisan.
Bibliografía:
URL:
http://www.hipertexto.info
Fecha de Actualización:
29/07/2018
Fundación Ricardo Lamarca, Ajedrez y
cultura
http://www.fundacionlamarca.es
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