María Jesús Lamarca Lapuente. Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen. |
Ya hemos precisado la confusión terminológica que surge cuando con el término hipertexto podemos referirnos a 3 conceptos distintos:
Para hablar con rigor, deberíamos reservar el término hipertexto sólo para la primera de estas acepciones, esto es, para referirnos al modelo abstracto y teórico de esta nueva manera de estructurar la información. Cuando nos refiramos a los programas informáticos de creación y modificación de hipertextos sería mejor emplear el término sistemas de gestión de hipertextos (SGH). Dentro de estos sistemas, hay algunos específicos para generar y gestionar hipertextos, sin embargo, otros muchos sistemas con otras funcionalidades distintas, se han adaptado para posibilitar la edición hipertextual, como es el caso de la mayoría de los procesadores de texto actuales, que permiten la inclusión de enlaces hipertextuales. En cuanto a la plasmación concreta de la utilización de la tecnología hipertextual en un documento digital, lo correcto sería hablar de documento hipertextual y, con más rigor aun, utilizar el término hiperdocumento, si nos referimos al conjunto de documentos que forman parte de una red hipertextual concreta. Otra confusión terminológica muy habitual es utilizar la voz documento digital como sinónimo de documento hipertextual. Si bien todos los documentos hipertextuales son digitales -precisan de la tecnología informática y de los bytes 0/1-, no sucede lo contrario ya que es posible un documento digital que no sea hipertextual (p.e. un documento sin enlaces elaborado con un procesador de textos o una hoja de cálculo). Los documentos hipertextuales pueden darse en entornos cerrados, esto es, pueden ser creados, modificados y consultados en un sistema de gestión de hipertextos independiente, por lo que sólo es posible visualizarlos, crearlos y modificarlos si tenemos ese programa en nuestro ordenador o formamos parte de una Intranet que cuente con este tipo de herramientas, o pueden darse en un entorno abierto como sucede cuando dichos documentos se integran en la Web. En el contexto tecnológico de la Web y de la red Internet, un hiperdocumento se identifica con un lugar Web (también llamado sitio o site Web) y las herramientas que sirven para gestionar los hipertextos de la Web serían los editores de HTML y los navegadores. Los navegadores son los programas informáticos que nos permiten la visualización y consulta de los documentos hipertextuales y además, tienen la función de gestionar la conexión de nuestro ordenador a la red Internet. Cuando hemos tratado el tema de la estructura hipertextual, identificamos que un hipertexto se compone de 3 elementos básicos: nodos, enlaces y anclajes. En el ámbito de la Web, los nodos son llamados páginas, y son los documentos individuales que forman un hiperdocumento o sitio web. La tecnología Web está abierta al formato físico de los hiperdocumentos ya que los documentos de la Web están en formato ASCII que cualquier editor de textos puede generar. Por el contrario, los programas o herramientas independientes para generar hipertextos poseen un formato propietario que imposibilita generar o modificar los documentos si no contamos con dicho programa. Como se ha afirmado anteriormente, físicamente un documento Web está en formato ASCII, sin embargo, el diseño gráfico y tipográfico de un documento Web y lo que es más importante, su estructura hipertextual, están determinados por las etiquetas del lenguaje HTML. Por lo tanto, un documento Web, posee un formato físico ASCII y un formato lógico HTML. Las morfologías de los documentos hipertextuales no se limitan al simple texto, sino que también incluyen imágenes, sonidos o vídeo. En este sentido, se habla con más propiedad de hipermedia, aunque el término hipertexto se suele entender en un sentido amplio, englobando todas estas morfologías además del simple texto. Las posibilidades que ofrece la Web, para almacenar y distribuir de forma casi universal e inmediata un inmenso e ilimitado corpus de documentos, han conducido a que Internet, y más concretamente la Web, se haya convertido en una especie de biblioteca total donde cualquiera puede crear sus propios documentos y tener acceso al resto. Además, en la Web se concretan las potencialidades del hipertexto al tratarse de una red abierta que permite conectar, sin límites, todos y cada uno de los documentos existentes en la red de redes. El documento hipertextual parece ceñirse más a unas coordenadas espaciales que a unos límites temporales. El nacimiento del hipertexto y, sobre todo, el desarrollo y extensión de la World Wide Web que ha popularizado de manera definitiva la navegación hipertextual, han revolucionado el campo de la Documentación introduciendo nuevos parámetros y consideraciones en todos y cada uno de los procesos técnicos del tratamiento documental: análisis del documento, descripción, catalogación, clasificación, indización, resumen documental, etc. y han repercutido de manera notable en todos los aspectos relacionados con el acceso, búsqueda y recuperación de la información, llegando hasta el punto de tener que redefinir nuevos conceptos para conceptos tan antiguos como los de documento, autor, lector, editor, etc. o tener que crear conceptos nuevos tales como metadatos, buscadores, Web semántica, bibliotecas digitales, publicaciones electrónicas, libros on line, etc. El desarrollo y explosión de la Web, parecen haber tambaleado los firmes cimientos de la ciencia documental consolidados a lo largo de muchos años de teoría y práctica documentales. Y los procesos de estandarización y normalización llevados a cabo en el mundo del documento impreso, se han mostrado claramente insuficientes para que estos modelos puedan ser trasladados al universo del documento hipertextual sin sufrir profundas modificaciones y sin tener en cuenta las características propias del nuevo medio. Se impone, pues, un estudio pormenorizado de las características y particularidades que ofrece el nuevo documento hipertextual para integrarlo en los procesos técnicos y consideraciones teóricas con el fin de dar paso a una actualizada y revitalizada ciencia documental que utilice nuevos conceptos y procedimientos para el análisis documental y para el acceso, búsqueda y recuperación de información. Como afirma Isidro F. Aguillo en Hacia un concepto documental de sede web, muchas veces se confunden los términos página web y sitio web, y es preciso definir que un hiperdocumento se identifica con un lugar, sitio o sede web (site web). Una sede web es el conjunto de páginas ligadas jerárquicamente, representadas por la URL de la página de mayor rango que son reconocibles como unidad documental e identificadas como unidad institucional. Mientras que una página web es una unidad de visualización que produce un navegador WWW cuando interpreta la dirección (URL) de un documento HTML o similar, con todos los archivos asociados. Un objeto -o recurso- sería cualquiera de los archivos informáticos que pueden formar parte de una página. Específicamente son objetos multimedia los archivos con formato gráfico (imágenes fijas o en movimiento) y los de sonido o audio, aunque también existen otro tipo de recursos, tales como programas, bases de datos, etc. Las morfologías con las que se presenta un documento hipertextual son múltiples y variadas, al igual que los soportes sobre los que se contiene, pueden ser de varios tipos. Por su parte, la norma ISBD (ER) define "página web" como "cada una de las páginas de un documento hipertextual de un sitio web". Y, de forma similar, Lluis Codina define una "página web"como una sección unitaria de una "sede web". "Sede web" sería una entidad digital, identificada por una URI, que contiene uno o más recursos. BibliografíaAGUILLO, Isidro F. "Hacia un concepto documental de sede web". El profesional de la información, 7 (1-2), 1998. [Volver] CODINA, Lluis. El libro digital y la www. Madrid, Tauro, 2000. GARCÍA CAMARERO, Ernesto. GARCÍA MELERO, Luis Ángel. La biblioteca digital. Madrid, Arco Libros, 2001. RODRÍGUEZ BRAVO, Blanca. El documento: entre la tradición y la renovación. Gijón, Ediciones Trea, 2002 RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, Antonio. El libro digital. http://www.uoc.es/humfil/digithum/digithum2/catala/Art_Heras/heras_2.htm SAGREDO FERNÁNDEZ, F. "Documento y sistema virtual". En TRAMULLAS, J. (ed.), Tendencias de investigación en Documentación. Zaragoza, 1996. TRAMULLAS, Jesús. Sección1: Hacia un concepto básico de Documentación Automática/Documática. http://www.tramullas.com/documatica/1.html
Morfologías hipertextuales
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