
Ya hemos precisado la confusión terminológica que surge cuando con el
término hipertexto podemos referirnos a 3
conceptos distintos:
-
el modelo teórico de organizar la
información de forma multisecuencial
-
las herramientas o programas informáticos para crear, modificar o
consultar un documento hipertextual
-
el documento digital con funciones hipertextuales
Para hablar con rigor, deberíamos reservar el término hipertexto sólo para
la primera de estas acepciones, esto es, para referirnos al modelo abstracto y
teórico de esta nueva manera de estructurar la información.
Cuando nos refiramos a los programas informáticos de creación y
modificación de hipertextos sería mejor emplear el término sistemas de
gestión de hipertextos (SGH). Dentro de estos sistemas, hay algunos
específicos para generar y gestionar hipertextos, sin embargo, otros muchos
sistemas con otras funcionalidades distintas, se han adaptado para posibilitar
la edición hipertextual, como es
el caso de la mayoría de los procesadores de texto actuales, que permiten la
inclusión de enlaces hipertextuales.
En cuanto a la plasmación concreta de la utilización de la tecnología
hipertextual en un documento digital, lo correcto sería hablar de documento
hipertextual y, con más rigor aun, utilizar el término hiperdocumento,
si nos referimos al conjunto de documentos que forman parte de una
red hipertextual concreta.
Otra confusión terminológica muy habitual es utilizar la voz documento
digital como sinónimo de documento hipertextual. Si bien todos los
documentos hipertextuales son digitales -precisan de la tecnología informática
y de los bytes 0/1-, no sucede lo contrario ya que es posible un documento
digital que no sea hipertextual (p.e. un documento sin enlaces elaborado con un procesador
de textos o una hoja de cálculo).
Los documentos hipertextuales pueden darse en entornos cerrados, esto es,
pueden ser creados, modificados y consultados en un sistema
de gestión de hipertextos independiente, por lo que sólo es posible
visualizarlos, crearlos y modificarlos si tenemos ese programa en nuestro
ordenador o formamos parte de una Intranet que cuente con este tipo de herramientas, o pueden darse en un entorno
abierto como sucede cuando dichos documentos se integran en la
Web.
En el contexto tecnológico de la Web y de la red Internet, un hiperdocumento
se identifica con un lugar Web (también llamado sitio o site Web) y las
herramientas que sirven para gestionar los hipertextos de la Web serían los
editores
de HTML y los navegadores.
Los navegadores son los programas informáticos que nos permiten la
visualización y consulta de los documentos hipertextuales y además, tienen la
función de gestionar la conexión de nuestro ordenador a la red Internet.
Cuando hemos tratado el tema de la estructura
hipertextual, identificamos que un hipertexto se compone de 3 elementos
básicos: nodos,
enlaces y anclajes. En el ámbito de la Web, los nodos son
llamados páginas, y son los documentos individuales que forman un
hiperdocumento o sitio web.
La tecnología Web está abierta al formato físico de los hiperdocumentos ya
que los documentos de la Web están en
formato ASCII
que cualquier editor de textos puede generar. Por el contrario, los programas o
herramientas independientes para generar hipertextos poseen un formato
propietario que imposibilita generar o modificar los documentos si no contamos
con dicho programa.
Como se ha afirmado anteriormente, físicamente un documento Web está en
formato ASCII, sin embargo, el diseño gráfico y tipográfico de un documento
Web y lo que es más importante, su estructura hipertextual, están
determinados por las etiquetas del lenguaje HTML. Por lo
tanto, un documento Web, posee un formato físico ASCII y un formato lógico
HTML.
Las morfologías de los documentos
hipertextuales no se limitan al simple texto, sino que
también incluyen imágenes,
sonidos o vídeo. En este
sentido, se habla con más propiedad de hipermedia,
aunque el término hipertexto se suele entender en un sentido amplio, englobando
todas estas morfologías además del simple texto.
Las posibilidades que ofrece la Web, para almacenar y distribuir de forma
casi universal e inmediata un inmenso e ilimitado corpus de documentos, han
conducido a que Internet, y más concretamente la
Web, se haya convertido en una
especie de biblioteca total donde cualquiera puede crear sus propios documentos
y tener acceso al resto. Además, en la Web se concretan las potencialidades del
hipertexto al tratarse de una red abierta que permite conectar, sin límites,
todos y cada uno de los documentos existentes en la red de redes. El documento hipertextual parece ceñirse más a unas coordenadas espaciales que a unos límites
temporales.
El nacimiento del hipertexto y, sobre todo, el desarrollo y extensión de la
World Wide Web que ha popularizado de manera definitiva la navegación hipertextual, han
revolucionado el campo de la Documentación introduciendo nuevos parámetros y
consideraciones en todos y cada uno de los procesos técnicos del tratamiento
documental: análisis del documento, descripción, catalogación,
clasificación, indización,
resumen documental, etc. y han
repercutido de manera notable en todos los aspectos relacionados con el acceso,
búsqueda y recuperación de la información, llegando hasta el punto de
tener que redefinir nuevos conceptos para
conceptos tan antiguos como los de documento, autor,
lector, editor, etc. o tener
que crear conceptos nuevos tales como metadatos,
buscadores, Web
semántica, bibliotecas digitales, publicaciones
electrónicas, libros on line, etc.
El desarrollo y explosión de la Web, parecen haber tambaleado los firmes
cimientos de la ciencia documental consolidados a lo largo de muchos años de
teoría y práctica documentales. Y los procesos de estandarización
y normalización llevados a cabo en el mundo del documento impreso, se han
mostrado claramente insuficientes para que estos modelos puedan ser trasladados al universo del documento
hipertextual sin sufrir profundas modificaciones y sin tener en cuenta las
características propias del nuevo medio. Se impone, pues, un estudio
pormenorizado de las características y particularidades que ofrece el nuevo
documento hipertextual para integrarlo en los procesos técnicos y
consideraciones teóricas con el fin de dar paso a una actualizada y
revitalizada ciencia documental que utilice nuevos conceptos y procedimientos para el
análisis documental y para el acceso,
búsqueda y
recuperación de información.
Como afirma Isidro F. Aguillo en Hacia un concepto documental de sede
web, muchas veces se confunden los términos página web y sitio web,
y es preciso definir que un hiperdocumento se identifica con un lugar, sitio o sede web
(site web). Una sede web es el
conjunto de páginas ligadas jerárquicamente, representadas por la
URL de la
página de mayor rango que son reconocibles como unidad documental e
identificadas como unidad institucional. Mientras que una página web
es una unidad de visualización que produce un
navegador WWW cuando interpreta
la dirección (URL) de un documento
HTML o similar, con todos los archivos
asociados. Un objeto -o recurso- sería cualquiera de los archivos informáticos que pueden
formar parte de una página. Específicamente son objetos
multimedia los archivos
con formato gráfico (imágenes fijas o en movimiento) y los de
sonido o audio, aunque también existen otro tipo de
recursos, tales como programas, bases de datos, etc. Las
morfologías con las que se presenta un documento
hipertextual son múltiples y variadas, al igual que los
soportes sobre los que se contiene, pueden ser de varios tipos.
Por su parte, la norma ISBD (ER)
define "página web" como "cada una de las páginas de un documento hipertextual de
un sitio web". Y, de forma similar, Lluis Codina define una "página web"como una
sección unitaria de una "sede web". "Sede web" sería una entidad
digital,
identificada por una URI, que contiene uno o más recursos.
Bibliografía
AGUILLO, Isidro F.
"Hacia un concepto documental de sede web". El profesional de la información,
7 (1-2), 1998. [Volver]
CODINA, Lluis. El libro digital y la
www. Madrid, Tauro, 2000.
GARCÍA CAMARERO, Ernesto. GARCÍA MELERO,
Luis Ángel. La biblioteca digital. Madrid, Arco Libros, 2001.
RODRÍGUEZ BRAVO, Blanca. El documento:
entre la tradición y la renovación. Gijón, Ediciones Trea, 2002
RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, Antonio. El libro
digital.
http://www.uoc.es/humfil/digithum/digithum2/catala/Art_Heras/heras_2.htm
SAGREDO FERNÁNDEZ, F. "Documento y
sistema virtual". En TRAMULLAS, J. (ed.), Tendencias de investigación en
Documentación. Zaragoza, 1996.
TRAMULLAS, Jesús.
Sección1: Hacia un concepto básico de Documentación Automática/Documática.
http://www.tramullas.com/documatica/1.html
Morfologías hipertextuales
Tipos de archivos
Los nuevos soportes
Análisis del documento hipertextual
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